Monday 30 January 2017

La equivocada percepción del triunfo - Jorge Kahwagi

Río de Janeiro… He vivido de primera mano durante la mayor parte de mi vida, como deportista y luego como funcionario público, y ahora como presidente del COM, conmovedoras historias de deportistas que han entregado mucho más que su mejor esfuerzo, su vida auténticamente por el sueño de una medalla olímpica.
Subir al pódium de los vencedores en unos Juegos Olímpicos es una gesta de formidables dimensiones. No por ello, quienes no llegan a obtener esas medallas, han fracasado.
Yo entiendo que la vieja sentencia del Maestro Pierre Freddy de Coubertin, padre del Olimpismo, que reza “lo más importante no es ganar sino competir” sea visto hoy como una cita casi anecdótica, pues el deporte ha evolucionado de tal forma, que el Espíritu Olímpico para algunos, pueda verse distorsionado a otra cita, expresada por un legendario coach del futbol americano de los Estados Unidos, en el sentido de que “ganar no es lo más importante, sino lo único…”
No es mi labor aquí cuestionar las razones que llevaron a Vince Lombardi a expresarse de esa manera, sino expresar, una idea que me acompaña permanentemente y que me ha dado el privilegio de valorar a cada deportista que he tenido la fortuna de ver en competencia.
No hay victorias sencillas. Tampoco hay derrotas sencillas. Para algunos, el segundo competidor en llegar a la meta es el primer perdedor. Permítame disentir de esa ofensiva forma de pensar, que está totalmente alejada de los valores del deportivismo y por supuesto, del Movimiento Olímpico.
Yo he visto la cara de la derrota entremezclada con la de la felicidad, por ejemplo el de la grandiosa Ana Gabriela Guevara en Sydney 2000, a punto de estallar en llanto, pero habiendo conquistado el quinto lugar en sus primeros Juegos Olímpicos. O su medalla de plata en Atenas 2004, cuando, y nadie tendría el derecho de verlo de otra manera, entregó su cuerpo, su alma y su pasión por el deporte para consumar el sueño del oro olímpico. ¿Quién podría cuestionarle su entrega? ¿No es acaso uno de los momentos más sublimes en la historia del deporte de nuestro país?
O esas centésimas de punto que arrebataron a Fernando Platas su medalla de oro en el trampolín, en el más emocionante final que se haya dado en una competencia de clavados en la historia. No fue fácil para ellos… Tampoco para nosotros…
Pero aquellos que no llegan a obtener una medalla, no han fracasado. Fracasan los que no lo intentan. Fracasan los que no se atreven. Y nadie me puede decir que cualquiera de los deportistas mexicanos que han llegado aquí a Río de Janeiro, no son, ya de hecho, triunfadores.
No puedo, ni debo desaprovechar la oportunidad que me brindan mis amigos Jorge Kahwagi Gastine, Jorge Kahwagi Macari, Rafael García Garza y Francisco Baez, a quienes agradezco profundamente el permitirme esta comunicación a través de las páginas de este prestigiado diario, para reconocer el esfuerzo de los muchachos de nuestro país que competirán representando a México en los Juegos Olímpicos.
Para el movimiento olímpico que tengo el privilegio de representar en nuestro país, cada uno de ellos es un motivo de orgullo, de una profunda satisfacción. El hecho de competir contra sus iguales, los mejores del mundo entre los que ya están, es una victoria tan formidable como tener una medalla olímpica.Jorge Kahwagi
Quiero cerrar estas mis primeras líneas, recordando una cita que con motivo de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, se acuñó para reconocer el deportivismo y el respeto entre los atletas del mundo: “Te honraré como mi rival que eres, porque aunque te venza, o tu me venzas a mi, honrarte es mi más grande victoria, porque tan grande es mi victoria como es mi rival…”

facebooktwitterlinkedinyoutube

No comments:

Post a Comment